In­stru­men­tos polí­ti­cos

Instrumentos políticos

En 2030, el sector de la refrigeración representará el 13 % de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. Esto lo convierte en uno de los sectores clave para la lucha contra el cambio climático. El cambio a la refrigeración verde ya no es solo una decisión del consumidor o del fabricante: es una cuestión política.

La clase política comprendió muy pronto que las soluciones nacionales no son suficientes en la lucha contra el cambio climático. El calentamiento global no conoce fronteras. Por lo tanto, para lograr el mayor éxito posible es muy importante establecer objetivos climáticos en el marco de los acuerdos internacionales.

Acu­er­dos in­ter­na­cio­na­les

1987: El Protocolo de Montreal

En una reunión celebrada en agosto de 1985 en Praga, el científico atmosférico Pawan Bhartia presentó esta imagen de satélite que reveló por primera vez el tamaño y la magnitud del agujero de la capa de ozono de la Antártida. El descubrimiento condujo finalmente al Protocolo de Montreal de 1987.  El tratado exige a todos los estados signatarios que eliminen progresivamente la producción y el consumo de sustancias que agotan la capa de ozono. Es el único acuerdo medioambiental universal firmado por todos los países miembros de la ONU, y también el más eficaz, ya que ha eliminado el 99 % de casi 100 sustancias químicas que agotan la capa de ozono. Desde su entrada en vigor, la capa de ozono se ha ido recuperando.

Tratados internacionales como el Acuerdo de París y el Protocolo de Montreal son la base de nuestro trabajo. A menudo estos se complementan con instrumentos nacionales y regionales, como, por ejemplo, la prohibición de determinados refrigerantes o los incentivos financieros a la hora de invertir en sistemas de refrigeración sostenibles. Haga clic en los siguientes apartados para obtener más información.

Regular el uso de los refrigerantes: prohibiciones y cuotas

Prohibiciones y Cuotas

Prohibiciones

Las prohibiciones restringen el uso de determinados refrigerantes en función de su potencial de calentamiento global (PCG). Por ejemplo, desde 2017 está prohibido el uso en la UE de refrigerantes con un PCG superior a 150 en los sistemas de aire acondicionado de los turismos. Por otro lado, en la UE el empleo de HCFC está completamente prohibido. El Reglamento revisado sobre gases fluorados también prohíbe los refrigerantes que superen un determinado PCG y establece un calendario fijo de eliminación.

Cuotas

Las cuotas limitan la cantidad de determinados refrigerantes para un país y/o un sector específico de la refrigeración y el aire acondicionado dentro de un país. Las cuotas pueden estar relacionadas con la producción, la importación/exportación o el consumo. A menudo se aplican cuotas a la importación/exportación ya que son más fáciles de ejecutar. En muchos casos, la cantidad total de refrigerantes permitida se reparte entre los distintos agentes industriales.

Aumentar la eficiencia energética: etiquetado y normas mínimas de rendimiento energético

Aumentar la eficiencia energética

Las emisiones resultantes del consumo energético de los aparatos de refrigeración, que se deben a la generación de energía, se gestionan mejor mediante el etiquetado correspondiente y las normas mínimas de rendimiento energético (MEPS, por sus siglas en inglés). 

El etiquetado energético, en el que se muestra claramente el consumo de energía de una unidad y su ubicación en la clasificación de eficiencia de todos los aparatos disponibles, suele ser el primer paso para aumentar la eficiencia energética de los aparatos eléctricos. De este modo, a la hora de adquirir el producto, los consumidores disponen de informaciones relevantes como los costes de funcionamiento a lo largo de la vida útil del aparato, que, por ejemplo, les permitirá reducir la factura energética. Por tanto, el etiquetado es un incentivo para que las empresas produzcan aparatos más eficientes desde el punto de vista energético, lo que supondrá un aumento de la cuota de mercado de los aparatos de mayor eficiencia energética.

Un segundo paso es la introducción de normas mínimas de rendimiento energético, que prohíben el uso de aparatos por debajo de un determinado nivel de eficiencia energética. Esto significa que está prohibido comercializar dispositivos de la clase o clases más bajas del sistema de etiquetado.  Muchos países han demostrado con éxito que el etiquetado y los MEPS para los aparatos de refrigeración y aire acondicionado pueden ser muy eficaces para reducir el consumo de energía y la huella de carbono que generan estos aparatos.

Mejorar la seguridad: normas, personal certificado y controles de fugas

Mejorar la seguridad

Normas

Las normas son principalmente especificaciones técnicas, es decir, un compromiso voluntario de la industria. Estas especificaciones técnicas, en principio, no son vinculantes; sin embargo, a menudo, las normas internacionales se adoptan como normas nacionales e incluso, a veces, se convierten en leyes, especialmente en países en desarrollo, que carecen de organismos de normalización propios. En lo que respecta a los sistemas de refrigeración y aire acondicionado, las normas existentes en materia de seguridad son especialmente relevantes. Sin embargo, estas normas, en algunos casos, pueden suponer una barrera para la introducción de sistemas de refrigeración verde, como, por ejemplo, ocurre con el tamaño de la carga de refrigerante permitida.

Se ha demostrado que existe una correlación positiva entre la cantidad de refrigerante y la capacidad de refrigeración en el caso de los refrigerantes naturales, de manera que existe una necesidad explícita de modificar las normas de seguridad internacionales para permitir tamaños de carga mayores. Para mitigar y compensar el mayor riesgo de inflamabilidad asociado a una mayor carga permitida, se pueden incorporar medidas de seguridad adicionales en los sistemas de refrigeración. Algunas medidas serían: mejorar la estanqueidad del sistema, garantizar un flujo de aire suficiente, adaptar el diseño de la carcasa del equipo correspondientemente e incluir las válvulas pertinentes. Es fundamental que cualquier cambio en las normas de seguridad existentes o los requisitos de normas de seguridad totalmente nuevas sigan siendo inicialmente voluntarios, ya que la implementación de dichos requisitos suele ser costosa.

Para obtener más información sobre este tema, consulte nuestra guía «Normas Internacionales de Seguridad para los Sistemas de Aire Acondicionado, Refrigeración y Bombas de Calor» (2018) (abre en una nueva ventana).

Personal certificado

Una instalación y un mantenimiento inadecuados de las unidades de refrigeración pueden conllevar una menor eficiencia energética, un mayor número de fugas de refrigerante y averías, así como una vida útil más breve del sistema. Esto se traduce en más emisiones directas (refrigerantes) e indirectas (consumo de energía) y en mayores costes para el operador o usuario. Una mano de obra mejor formada es clave para reducir este tipo de problemas. La formación y capacitación sobre el uso de refrigerantes naturales puede contribuir a mejorar la salud de los técnicos, sus condiciones de trabajo y asegurar sus ingresos económicos. Para garantizar una transición exitosa a las tecnologías de refrigeración sostenibles es clave establecer normas, ofrecer vías de formación y capacitación oficial, así como la posibilidad de certificación y registro de los técnicos en todo el país.

For more information on this topic, please refer to our brochure "Fit 4 Green Cooling" (en inglés) (2020) (abre en una nueva ventana)

Controles de fugas

Para reducir las fugas de refrigerante, se pueden someter las instalaciones a inspecciones periódicas. Asimismo, se puede exigir a los operadores de las instalaciones que controlen los índices de fuga. El uso y mantenimiento adecuado de los equipos suele evitar las fugas y mejorar la eficiencia energética. Es recomendable que los operadores del sistema se comprometan a emplear personal cualificado y certificado para el uso y mantenimiento de determinados dispositivos.

Realizar seguimientos: informes (obligatorios)

Reportar

Para limitar el impacto sobre el calentamiento global y el agotamiento de la capa de ozono de los refrigerantes utilizados en los aparatos de refrigeración, muchos países exigen la elaboración de informes sobre el uso de refrigerantes y el funcionamiento de los sistemas y aparatos. En Canadá, los fabricantes y proveedores de refrigerantes HFC están obligados a notificar la cantidad de HFC empleada si se superan los 100 kg en un año natural. Esta información se utiliza, por ejemplo, para evaluar la imposición de determinadas restricciones.

Considerar todo el ciclo de vida: normas de recuperación y eliminación de refrigerantes

Bancos de SAO

Los refrigerantes que son tóxicos o que tienen un potencial de calentamiento global o de agotamiento de la capa de ozono elevado tienen que ser extraídos del equipo al final de su vida útil. A continuación, se debe proceder a su almacenamiento, recuperación o eliminación de manera adecuada. Los sistemas de recuperación pueden garantizar el tratamiento adecuado de los gases fluorados recuperados. Estos sistemas de recuperación serán más eficaces si la empresa de mantenimiento que devuelve el gas o el productor tienen que pagar una tasa. Estos sistemas podrían financiarse con impuestos sobre la importación y la producción de gases fluorados.

Prestar ayuda: incentivos económicos e impuestos

Prestar ayuda: incentivos económicos e impuestos

Los instrumentos financieros incluyen, por ejemplo, incentivos económicos como descuentos en los aparatos de refrigeración verde o impuestos basados en los equivalentes de CO2, de modo que los refrigerantes con un mayor potencial de calentamiento global tienen una mayor carga fiscal. En algunos países como Noruega, tras la devolución del refrigerante para su reciclaje o eliminación, se procede a la devolución de determinados impuestos.

Debido a su carácter intersectorial, el sector RAC afronta el reto de aplicar estrategias de financiación eficaces ampliamente válidas. Por lo tanto, es importante que los países desarrollen estrategias de inversión integradas que combinen y/o complementen adecuadamente las actividades destinadas a reducir las emisiones de HFC con medidas para aumentar la eficiencia energética. Además, es esencial desarrollar una estrategia integral del sector RAC en la que se identifiquen las diferentes fuentes de financiación y actores (nacionales e internacionales) existentes que puedan responder a las diversas necesidades de financiación según sus competencias.

Para obtener información detallada sobre este tema, consulte nuestra guía «Coordinating finance for sustainable refrigeration and air conditioning» (en inglés) (2018) (abre en una nueva ventana).

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